Las misiones son un testimonio de la coexistencia cultural entre los diferentes grupos sociales y su ambiente y se volvieron una referencia importante para la continuación de la evangelización y colonización del norte de México y actual sur de los Estados Unidos.
Comprenden cinco misiones que se construyeron en la región montañosa de la Sierra Gorda en el centro de México, durante la última fase de evangelización en el interior de México a mediados del siglo XVIII. De las cinco misiones, Santiago de Jalpan (la más temprana, construida en 1751-58) y Nuestra Señora de la Luz de Tancoyol se localizan en el municipio de Jalpan de Serra; Santa María del Agua de Landa y San Francisco del Valle de Tilaco están en el municipio de Landa de Matamoros; y la misión de San Miguel Concá está en el municipio de Arroyo Seco.
Son testimonio del proceso evangelizador que tuvo lugar en el siglo XVIII en esta región. Durante 200 años los indígenas seminómadas y cazadores recolectores, pertenecientes a las etnias huastecos, chichimecas, jonaces, ximpeces y pames, resistieron los embates de conquistadores y misioneros que trataban de colonizar y evangelizar la Sierra Gorda, actualmente compartida por los estados de Querétaro, Hidalgo, Veracruz, Tamaulipas y San Luis Potosí. La guerra contra los chichimecas fue iniciada en 1554 por el virrey Luis de Velasco, quien los consideraba un peligro para la libre circulación hacia los reales de minas, como el de Zacatecas.
A mediados de siglo XVIII, los franciscanos lograron adentrarse en la serranía queretana bajo la dirección de fray Junípero Serra, quien estableció un nuevo método para evangelizar: aprender el idioma nativo para poder comunicarse con los indios en su propia lengua; levantar un templo con mano indígena, además de proporcionarles alimento, enseñarles diversos oficios para, finalmente, convertirlos a la religión católica.
Las cinco misiones cuentan con un estilo arquitectónico similar, al compartir varias características, como lo son: un atrio con una cruz al centro, capillas posas y abiertas; fachadas barrocas ornamentadas con iconografía religiosa y motivos vegetales; el cordón y escudo franciscanos. La rica decoración de las puertas principales es su característica principal: a fin de que la evangelización fuese más fácil, los misioneros recurrieron a la iconografía como “libro didáctico”.
Las fachadas, conservando su armonía, mezclan columnas salomónicas y pilastras estípites, cortinajes y guardamalletas barrocos, y una iconografía diversa de ángeles, santos y vírgenes, con representaciones de la fauna de la Sierra, con jaguares, águilas y conejos, y una profusa vegetación. En todas las misiones, en algún punto de la fachada, se representan los tres símbolos franciscanos: dos brazos cruzados, uno indígena y el otro de San Francisco, con cinco llagas; las cinco llagas de la estigmatización; y el cordón franciscano.
Santiago de Jalpan fue, aparte de la primera misión construida, la más importante en cuanto a la labor evangelizadora. Está dedicada al apóstol Santiago y a la Defensa de la Fe. En su portada se representó a la Virgen del Pilar y la Virgen de Guadalupe, además de un águila bicéfala que une en un solo símbolo profundas raíces hispanas e indígenas. Por su parte, la misión de San Miguel Concá, dedicada a San Miguel Arcángel, es la más pequeña de las cinco misiones y representa la “Victoria de la Fe”. Se terminó de construir en 1754.
Sabías que…