La gastronomía mexicana es manifestación viva de un sistema cultural de participación colectiva que comprende prácticas agrícolas, (cultivo por rotación del maíz y otras plantas, con roza y quema del terreno) y la chinampa (islote artificial de cultivo en zonas lacustres) celebraciones rituales, costumbres, conocimientos, técnicas, procedimientos como la nixtamalización (descascarillado del maíz con agua de cal para aumentar su valor nutritivo) y utensilios ancestrales como metates y morteros de piedra.
Los alimentos básicos del sistema son el maíz, el frijol y el chile, en combinación con otros ingredientes autóctonos como el tomate, la calabaza, el aguacate, el cacao y la vainilla. La biodiversidad de México y la práctica intercomunitaria de sus cocinas tradicionales ha permitido potenciar los sabores y sensaciones de los productos de la tierra, en una gama de creaciones culinarias cargadas de simbolismo (por ejemplo: las tortillas y los tamales consumidos diariamente forman también parte de las ofrendas realizadas el Día de Muertos).